Comentàrios Restaurante KamÍn

La experiencia ha sido una de las mejores de mi vida gastronómica. Los detalles de principio a fin, la comida, el servicio. Hacía tiempo que no disfrutaba tanto una comida. No se puede explicar en palabras las sensaciones con cada plato. El cuidado y el mimo en todo el proceso no tiene precio.

El menú Kamin es espectacular. Los huevos y las croquetas de vicio. Ganas de volver. Calidad precio excepcional

Es una experiencia en sí. El personal en general atento, aunque en algunas cosas no tenían mucho dominio y conocimientos (vinos, alérgenos, ingredientes de algún plato...) que para un sitio de este tipo desmerece un poco todo. Tomamos el menú de 14 pases, todos bastante buenos. El postre final con la experiencia del tiempo, lo mejor de todo. No soy muy de éstos sitios, pero para probar alguna vez en la vida, ha estado bien.

La palabra que mejor lo define es: experiencia El disfrute es máximo plato tras plato con elaboraciones super mimadas, a esto le sumas el trato del personal y se convierte en un indispensable de León! ¡Volveremos seguro!

Definición excelente. La comida exquisita en pocos sitios de puede probar tanta variedad y todo tan rico. Los tiempos entre platos perfectos, atención y explicación de cada uno de los platos. Personal amable y cuidadoso. No hay un pero

Una experiencia gastronómica muy recomendable. Personal muy atento, los platos muy sorprendentes y deliciosos. Evidentemente habrá alguno que no guste a todo el mundo. Pero si te gusta probar sabores diferentes, tienes que probar su menú degustación. Para repetir!

Que magnífica experiencia,elegimos el menú degustación largo,una sinfonía de sabores y texturas de altísimo nivel.Superbien atendidos en un sitio muy agradable.Cocina abierta y expuesta al público.Mis felicitaciones al personal y especialmente a Mario,cuando trabajar es un placer se nota.

Reservé para comer y escogimos el menú largo del menú degustación. No había estado nunca pero las opiniones y un reportaje en TV parecían indicar que la visita sería memorable. Y desde luego lo fue. Acompáñanos el menú con un tinto de Bodegas Atauta, que a tenor de los platos de otoño, le iría genial y no nos equivocamos. Antes de comenzar los pases nos pusieron una mantequilla de oveja con sabor de "antaño" ;) muy potente para mí pero sabrosa.Comenzamos por los entrantes, taco frito con trufa, muy goloso; el paté de morcilla delicioso con su textura crocante; el Sour de remolacha muy "curioso" con el amargo del café y para el escabeche del día, mejillones con una especie de salsa de tigre. Muy ricos. Hasta aquí los fríos. Para calentar el estómago teníamos el huevo y la croqueta de guiso, ambos deliciosos pero advertimos que es mejor dejarlos enfriar un poco ;). Para el segundo tiempo como indican en su carta, primero un puerro de Sahagún de calidad excelente, pero aún mejor era el fondo del plato. De lo mejor del menú. A continuación las patatas importancia con boletus y oreja, otro imprescindible. En el tercer tiempo tocó pescado del día y en este caso fue un sangacho de atún con un acompañamiento tipo escabeche pero en caliente. He de decir que no soy muy fan de esa parte del atún pero el plato tenía sentido y estaba bueno. A continuación era el momento de la carne. En este caso del pato tocaban las mollejas y junto con el apionabo más la berza "crispi", el plato quedaba redondo. En cuanto a los postres, muy ricos ambos. La pera muy refrescante y la manzana extremadamente golosa. Para terminar el "té", que no revelaré de qué se trata😉. En relación al trato y demás, poco que añadir con respecto al resto de reseñas: atentos, diligentes y muy profesionales. A nuestro favor quizás tuvimos que, coincidencia, el dueño es del pueblo al lado del que veraneaba aunque estoy convencido que tratan igual a todo el mundo. El precio... 133€ con la bebida. Experiencia para repetir y no tardando. Muchas gracias Kamin.

Muy recomendable. Menú degustación con una buena calidad-precio (aunque no incluía bebida ni café). El local muy bonito y tranquilo. Como crítica, el tiempo entre cada plato era muy largo y los camareros interactuaban poco con el cliente.