Sorprendidos por la ubicación del restaurante, pero merece la pena ir hasta allí. Estuvimos en un comedor del primer piso, tiene varios. La decoración con muchos detalles de la época indiana. La comida muy buena, especialmente las patatas rellenas y me gustó mucho el postre
Llegamos por casualidad pq estaba cerca de un alojamiento rural en el q pasamos la noche, puedo decir q me alegro muchísimo, buena comida, mejor trato y precios razonables. Sin duda volveremos si estamos por la zona.
He ido dos veces, espaciadas en el tiempo, y he de decir que el lugar mantiene el potencial: buena comida, sabiduría en el hacer y un marco digno de foto
Cenamos riquísimo; platos muy originales y bien elaborados, deliciosa comida, bonito lugar y buen trato.
Una cena deliciosa y muy buena atención. Merece la pena desviarse del camino para conocer este restaurante.
Buen sitio, bonito y un trato agradable y muy cercano por parte de las personas que llevan este local, recomendable.
Comida maravillosa la patata rellena buenísima y el café ☕️ en el jardín espectacular 👌
A pesar de que está bastante apartado, merece la pena ir hasta allí, también es uno de sus encantos, encontrar un sitio tan cuidado en un pueblín! El comedor es un monada, agradable e invita a comer con calma. La atención es buena y la comida, siempre espectacular! De entrante no pueden faltar las croquetas de ortigas, por dentro son líquidas y muy especiales.
El entorno, entre casas de indianos, ya es en sí mismo sugerente. Adentrarse en el restaurante, a través de una pequeña puerta y acceder a una acogedora casa con una decoración de principios del siglo pasado como poco, y tomar asiento en el entrañable comedor, ya augura que todo va a ir bien.
Y, desde luego, no defrauda, una sucesión de platos, que conforman el menú degustación, van desfilando ante nosotros adecuadamente presentados por la anfitriona y es difícil decidirse por el más sabroso, están todos exquisitos y en su punto, algunos realmente originales. Los postres culminan brillantemente esta experiencia tan agradable. Fue una muy buena comida para un buen día. Volveremos sin duda.
Una grata sorpresa.
Fuimls recomendado por un amigo y nos gusto todo
Empezando por el lugar que tiene un encanto especial como por el servicio. Muy maja si señor
La comida empezando por la crema de calabaza muy suave
Las croquetas liquidas de ortiga brutales
La patata rellena de pitu caleya de 10
El rape estaba muy bueno y los langostinos expectaculares
El magret de pato genial tambien
Los postres con sabor
Mi resumen un 10
Una pena que no este lleno siempre por que lo merece sin lugar a dudaa
Pasamos por allí un lunes sin haber reservado con el restaurante medio cerrado, pero muy amablemente nos ofrecieron lo que tenían a mano y ¡qué acierto! Probamos las croquetas de ortigas y la patata rellana de pitu de caleya, delicioso todo. Volveremos sin duda.
Claudia martinez suarez
+5
Muy buena relación calidad precio, el personal muy amable.
En un entorno natural precioso con buena calidad de producto y bien elaborado hay que probar sobre todo las croquetas rellenas de ortigas
El sitio es espectacular, tanto la comida., El entorno y la historia.
Restaurante acogedor y con un encanto de casa tradicional asturiana.
El trato exquisito, muy agradable y natural.
La comida, impresionante, platos con sabores de casa, de toda la vida, y otros totalmente nuevos, diferentes.
Un sitio para repetir muchas veces.
En la preciosa Mallecina,con vistas espectaculares y una comida espléndida, amables y atentos para volver gracias
Marta Maria Mira Bertrand
+5
Me encanta este sitio, tomar un café mirando la iglesia es todo paz !!
Delicioso. Local limpio y agradable, con varios comedores y terraza. Las croquetas de ortiga una grata sorpresa. La camarera nos explicó en qué consiste cada plato y aclaró todas nuestras dudas. Sin duda repetiremos para probar otros platos.
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