Comentàrios Restaurante Asador Ezcabarte

Atención estupenda, fuimos sin reserva y nos hicieron hueco un sábado aunque estaban llenos. No pedimos el menú de fin de semana porque queríamos disfrutar de una buena chuleta sin entrantes etc, la pedimos de carta (49€/kg), que viene con una guarnición de pimientos y patatas (pimientos bien, las patatas un poco durillas aunque se agradece que no sean prefritas sino caseras cocidas y acabadas en horno). Pedimos una ensalada verde para complementar y la verdad que acertamos totalmente. Chuleta de 1,100 para dos y BUENÍSIMA, tierna, sabrosa, servida en una parrilla de carbón para terminar de hacer y mantener el calor. Acierto total, muy rico todo.

Estaba todo muy rico. Los camareros muy majos. El local es muy grande y tiene una zona al aire libre. El chuletón muy rico y la tarta de queso también. La ensalada de queso de cabra muy buena.

Restaurante bastante amplio de dos plantas. En general los platos son bastante abundantes. El revuelto de hongos excelente y las carnes que pedimos también estaban muy buenas. Quizás lo que falló fueron los postres, la tarta de queso estaba insulsa. Aun así, es un asador bastante recomendable. Precios acordes a la calidad.

Fuimos a comer al Restaurante Asador Ezcabarte para celebrar mi cumpleaños a la localidad de Oricain a unos 7 kilómetros de Pamplona. En este pequeño pueblo y junto al polígono industrial se encuentra el local al lado de la carretera, con un amplio aparcamiento para lo que vienen de fuera. Se trata de una casa con dos plantas muy bien iluminadas con luz natural que entra a través de los amplios ventanales, donde nos situaron tras hacer la reserva sólo unas horas antes. Tiene diversos menús para todos los gustos y bolsillos, por ejemplo el menú diario sale a casi 11 euros. Luego tienen el menú especial, el menú fin de semana o la carta. Nosotros nos decidimos a probar el chuletón de buey para compartir entre los dos porque es enorme, y no creo que haya nadie que se lo pueda comer entero. Son 3 euros por cada 100 gramos, y pesaba casi un kilo. Bueno, es el precio habitual de este producto. Lo sirven en una parrilla especial que te acercan a la mesa para que se vaya haciendo poco a poco, y deje el olor humeante por todo el amplio salón. El sabor era estupendo, y la grasa que quedaba se podía quitar fácilmente, pero lo malo ha sido que el exceso de sal nos ha hecho tener una sensación de sed durante todo el resto de la tarde. Como primer plato yo pedí una buena sopa de pescado, que estaba muy buena, algo densa pero con el sabor que le caracteriza a estas sopas con sabor a marisco y esencias marineras. Antonio, en cambio pidió unas alubias rojas, con su acompañamiento de guindilla super fuerte, Yo me comí una y tuve que calmar el picor con algua y con el excelente vino crianza de bodegas Irache. Cuando llegó la hora de los postres yo me decidí por un café escocés con su vainilla y su wiski. Estupendo, como no podía ser de otra manera. Mientras que Antonio prefirió leche frita. Muy buena también. El salón empezó a llenarse justo cuando nosotros ya estábamos satisfechos, así que pagamos y nos fuimos a pasear por el camino del río Ulzama para intentar rebajar un poco la comida.

Es un sitio excelente para comer bien. El precio es acorde con la comida aunque no salga barato ni mucho menos. El personal es de lo más agradable y atento.

Menu especial a 24,50€ muy correcto. Buen producto y buena cantidad, con el entrecot riquísimo y en su punto. El menu diario a 12€ tambien tenia muy buena pinta.