Atractiva mezcla de culturas gastronómicas la de esta pareja que desde hace 8 años dirige la travesía del restaurante km 0 que ambos regentan. Perú y España, Lima y Palafrugell se funden en una cocina de Palamós. El local es estrecho y solo tiene capacidad para 20 comensales. No es fácil el ascenso a los aseos para personas mayores o con algún problema de movilidad. Pero la amabilidad y simpatía de los propietarios puede con estas carencias. La carta, que no puede tocarse, solo verse por la pantalla del móvil, presenta una arriesgada y exitosa apuesta de ingredientes cercanos cocinados con un toque peruano muy atractivo e interesante. Los vinos solo pueden ser catalanes o franceses, es una pena que la elección no pueda ser más extensa, aunque lo que hay sea de gran calidad. Hay tres cervezas para elegir, lo que se agradece en esta zona tan poco proclive a satisfacer los gustos de los amantes de la cerveza. En general un lugar interesante para probar por su originalidad y la amabilidad de sus propietarios. Para volver muchas veces y seguir probando la cocina de fusión. Aunque cueste llegar al lavabo.
Cosas que ocurren cuando se juntan un empordanés ➕ una chef peruana y deciden apostar por una cocina de autor fusionando producto local, muy local! con técnicas y texturas peruanas.
Menú gastronómico asequible para lo que es e involucración máxima del catalán en la sala, de solo 7 mesas convertidas casi en una reunión de amigos desconocidos.
Sorprendente descubrimiento en nuestra querida Palamos.
Fuimos a comer haer, I la verdad es un 10👌, mas de lo que esperamos. Trato excelente, la comida excelente todo estaba bonísimo. El producto es fresco I de proximidad 😉. Sobre calidad precio es perfecto 🤩, sin dudas volverémos 🤩🎉🎉🎊🎊.!!!!!!!
Excelente visita!! Todo muy rico muy buen producto y atención y cuidado de los detalles, aperitivos y pan echo en casa !! Muy recomendado en palamos!
Una gran experiencia gastronómica. El menú degustación cuenta con una gran variedad de sabores y productos de primerísima calidad (tienen un huerto propio). La selección de vinos es muy rigurosa, con vinos de la zona. Es un lugar tranquilo, y con un trato muy amable. Recomiendo 100% visitar el restaurante, cada detalle está cuidado al milímetro. El pan también es casero
Sergio Baro Frattarola
+4
Fuimos a cenar tres personas. Escogimos el menu Entre Dos Mons y lo acompañamos del maridaje de 7 copas de vino. Lo hicimos para tener la experiencia completa de lo que se ofrece.
La comida son unos snack de entrante y 8 platillos degustacion sin grandes aspiraciones pero de sabores excelentes. Siempre acompañados de las previas explicaciones de Roger que en todo momento estuvo atento. Al inicio ya nos avisó que habría dos cambios en el menu: tartar de tomate en lugar de remolacha (por acabarse en su huerto privado) y entrecot de ternera en lugar de filete. Se agradeció que lo dijese.
Hay que resaltar el gusto de la Ostra chifera, el Tartar de remolacha/tomate y el excelente "Helado de arroz a la cazuela con gamba de Palamos" que es un manjar digno de probar. Tambien el postre "Clásico espuma de arroz con leche
maiz morado y albahaca". Al final entre los petit fours nos gustaron unas Olivas aragonesas negras con hueso con un rebozado dulce
En cuanto a la seleccion de los 7 vinos, fue correcto con algunos vinos naturales y biodininamicos aunque el maridaje no estaba marcado . Este maridaje de vinos quizás es un poco excesivo en el precio aunque es un complemento ideal si eliges ese menu. Lo que recomiendo es que salvo que se desee expresamente esa opcion de maridaje o no se sepa apreciar con la comida, quizás no es necesario este complemento (45 €/p). Puede ser suficiente preguntando a Roger para que recomiende algunos vinos de la carta y tener igualmente una buena cena degustación sin incrementar excesivamente el precio.
Todo fue muy bien para tener una nueva visión gastronómica. La experiencia vale la pena aunque sale un poco cara.
Pequeño restaurante en Palamos que combina la cocina peruana con la catalana.
He de decir que íbamos con las expectativas muy altas y en parte nos decepcionó, pero probamos platos muy ricos como la brandada o la terrina de Peratallada. Hubo algunos platos que ni fu ni fa como un aperitivo de calamar que estaba demasiado crudo para nuestro gusto o el steak tartar que le faltaba acidez o alguna salsa.
Incluido en el menú ofrecían pan aunque en muy pequeñas cantidades. Sobre todo el pan de quinoa.
La atención fue buena y profesional.
El precio elevado.
Muy buena experiencia. Todo riquísimo y muy original. Muy bien atendidos por Roger.
Lo encontramos por casualidad y ahora, se ha vuelto un imprescindible.
La comida excelente, con productos de temporada y de proximidad (muchos, de su huerto a la mesa), una carta de vinos que marida a la perfección con cada uno de los platos que con tanto mimo cuidan Mila y Roger.
Muchas gracias por permitirnos disfrutar de esta fusión tan fantástica.
Grata sorpresa, propuesta de fusión entre cocina local con toques peruanos al estilo de su gran cocinera. Pedimos el menú degustación corto y salimos satisfechos. Son platos originales, combinación de sabores antagónicos, vale la pena venir. Probad el churro, la brandada, el arroz con gambitas… todo muy bueno y con precios contenidos. La carta de vinos merece mención aparte, con botellas de elaboradores de la zona con tiradas muy pequeñas y difíciles de encontrar. La familia es muy atenta y se les nota la pasión por lo que hacen. Muy recomendable.
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