Trato del personal genial y la comida excelente .lugar y ambiente muy bueno .volveré sin duda
Un sitio muy bonito y agradable, y la comida muy rica, amenizada con la musica.
Muchas gracias al equipo del Restaurante Miguel Delibes, una vez más nos ha encantado como nos han recibido. Un restaurante donde cuidan el detalle , buena comida y presentación. Gracias Javier !! Seguiremos contando con vosotros
La comida, el sitio, el ambiente y el trato, todo espectacular! No se puede pedir más!
Agustin Torres Mañueco
+5
increible .muy buen trato y la comida genial en un sitio diferente !!!
El lugar y el concierto fueron estupendos. Y la acústica. Y la programación para esta temporada promete. Ya estamos buscando cuando va a ser la próxima, lo único difícil es elegir porque la oferta es buena y variada.
Mis hijos van al consevatorio y mientras espero he ido a la cafetería a tomarme un té, lo malo es que no tenían nada sin gluten.
Les he preguntado que si podía comerme un bollo casero que llevaba en la maricona y los camareros, Patricia y Juan,han sido muy amables y me han ofrecido un plato y cubiertos para mi bollo,súper simpáticos, unos cielos.
El té con mi bollo espectacular y el sitio es precioso...luego ha empezado a sonar un acordeón a lo lejos y ha ambientado la cafetería.
Auditorio muy bueno, con una acústica espectacular.
Para conciertos.... único.
Fui a ver a India Martinez y fue increible.... !!!
Primera vez que iba..... pero volveré.
👍
La orquesta de la que formo parte celebró un concierto en este lugar recientemente. El auditorio es increíble, y las instalaciones bonitas, espaciosas y cuidadas. Nos sentimos como en casa gracias al personal del centro y de la organización. Valladolid tiene mucha suerte de tener un centro cultural así ☺️ ¡Deseando volver!
Gran lugar y con un acústica perfecta para los conciertos que allí se celebran. He ido a dos conciertos de la Film Symphony Orchestra, y a uno de la JONDE, y los disfruté al máximo.
Se encuentra situado cerca del centro comercial Carrefour, en el barrio Parquesol (Valladolid), y tiene un aparcamento lo suficientemente grande para poder aparcar sin problema (en general).
Entre otras instalaciones, tiene dos salas de conciertos, una de tamaño medio y la sala sinfónica, un espacio ideal para acudir a todo tipo de conciertos; a lo largo del año hay planificado un extenso programa que abarca conciertos de música clásica, gospel, actuaciones musicales, o todo tipo de eventos culturales.
La acústica de la sala es impresionante y (desde mi punto de vista) merece la pena especialmente ir a disfrutar de conciertos con orquesta.
Impresionante. Fuimos a ver a Víctor Manuel. Todo genial. Dos horas de disfrute hasta el final. El auditorio nos sorprendió, para bien. Aparcamientos, acceso, instalaciones y la tención de empleados genial.
Buenas instalaciones, fuimos a una entrega de premios y así que estábamos en la fila de más arriba se veía perfectamente ya que los asientos están muy bien dispuestos, buena acústica, al finalizar se sirvió un vino español y el sitio era amplio y buen catering
Hay que reconocer que el edificio está perfectamente y da imagen de calidad y buena construcción pero hay pequeños detalles que siempre me queda la duda si es que no se piensan bien o es que se piensan demasiado bien como por ejemplo poner los aseos al fondo del fondo de todos los fondos justo donde hay una cafetería pero que tienes que recorrer todo el edificio para ir un momento al aseo esta pequeña cosa no quita mérito a lo bien que está hecho el edificio y al programa de actividades culturales que mantiene permanentemente en el más alto nivel pero también hay que decir estas pequeñas cosas
Hoy he visitado el Centro Cultural Miguel Delibes, la última vez que estuve fué para vacunarme del Covid, menuda diferencia.
Hoy ha sido para ir a un concierto de la Royal Film Concert Orchestra y la Sociedad Coral Excelentia de Madrid, dirigida por Fernando Furones. El concierto era de música de películas y ha sido fantástico.
La Sala del concierto espectacular, el sonido perfecto, lo peor son las butacas, que son francamente incómodas, al cabo de una hora, empiezan a resultar incómodas.
El edificio de mi colega Ricardo Bofill, no deja de ser un contenedor, con una gran fachada de cristal en la entrada y unas cubiertas ondulantes que le infunden un dinamismo que luego el edificio no tiene, pero es correcto y fue un referente en su momento.
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