Restaurante clásico de barrio, con barra a la entrada y algunas mesas en la acera.
Al fondo el salón, con 8-10 mesas y con una amplia parrilla, donde Victor prepara con maestría carnes y pescados, al fondo la cocina, casera gallega, simple y bien elaborada.
La carta no muy extensa, pero suficiente para comer muy bien, la carta de vinos, mejor comentar con Victor. El servicio atento y amable de trato casi familiar, la materia prima excelente y el resultado sobresaliente, buena relación calidad /precio.
En conjunto la experiencia inmejorable, desde la entrada que te reciben con una tapa de callos con garbanzos (de llorar cuando se acaban).
Ana en la cocina prepara platos y postres riquísimos y Victor en la sala y la parrilla, es un buen anfitrión. Visita obligada.
Últimamente hay muchos sitios de recoger comida pero ninguno como este. Pedimos en esta ocasión tortilla y hacia mucho que no probábamos una tan buena, por encima la amplia gama de platos que tiene es increíble, de seguro repetiremos. Por encima la atención es igual de buena y cercana, vamos un sitio parada obligada en Coruña.
Recomendable 100%, Comida buenísima y mucha cantidad, muchas gracias por todo
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