Realmente es un rincón fabuloso.
Nos esxtrañaron las malas reseñas, pero luego nos dijeron que cambió de propietari@s hacía poco.
Está un poco escondido pero encontrarlo merece la pena, las personas que lo atienden son muy majas y la comida es abundante y a bien precio.
En nuestro caso fueron bocatas, pero las raciones que servían a otras mesas eran muy superiores a lo habitual de los chiringuitos.
Muy buena experiencia que seguramente repitamos.
Hemos ido a cenar pronto, antes de las 21.00 y debajo de una carpa. El servicio amable y atento a las mesas. Nos han preguntado varias veces si estaba buena la comida y si necesitábamos algo más. Hemos pedido media ración de calamares (muy ricos) y croca gallega con patatas(muy rica). ¡lo recomiendo! No he podido sacar fotos.
Atención fantástica, sitio tranquilo y comida muy rica. Tomamos xoubiñas y pimientos, todo muy bueno y muy buen precio. Volveremos!
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