Delicioso y acogedor restaurante. Personal muy atento. Pedimos dos entrantes, arroz y dos postres para dos personas. Recomendable reservar con antelación.

El restaurante es modernista y estéticamente precioso. Tanto que habíamos reservado en la pequeña terraza que tienen en la plaza y nos cambiamos dentro. El camarero fue muy majo. Las cuatro estrellas, y no cinco, vienen por un par de detalles. En primer lugar, pedimos un par de croquetas (2€ la unidad, un poco caro porque no eran especialmente grandes) y estaban un poco frías por dentro, no llegaban a estar congeladas pero sí frías y si me cobras dos euros por una croqueta pequeña, espero que esté perfecta aunque de sabor estaba ok). Luego pedimos las tellinas (15€), coquinas en mi tierra, y estaban bien pero no sé si es que en Alicante se hacen así o es cosa del sitio pero no llevan ni ajo ni guindilla, así que acostumbrado a tomarlas con su ajito y tal, lo eché en falta (ya digo que igual es cosa mía y es la costumbre alicantina, no lo sé). Por último compartimos un arroz con embutido de montaña (17,50€x2), que es la versión del lugar del arroz al horno. Estaba muy bueno y sobre todo, tenía muchísimo condimento, especialmente magro, mucha cantidad de todo y bien sabroso, me gustó mucho. El problema aquí vino en la tardanza. Al pedir nos dijeron que tardaría media hora pero tardó una hora completa. Se disculparon varias veces, al parecer estaban haciendo un catering para algo, pero (en mi opinión) si no puedes hacerte cargo de las comandas o contrata extras o no cierres todas las mesas (aunque ni siquiera estaba completo el restaurante)... En definitiva, el arroz estaba muy bueno y mereció la pena y el restaurante es precioso, pero hay detallitos de gestión por pulir que hace que no pueda darles las cinco estrellas (y lo de las croquetas que te las den frías es lo peor que te puede pasar, especialmente si están buenas como era el caso). En total, con un par de bebidas cada uno, pagamos 71€.