Me gusta mucho la decoración del local y los detalles en cubertería y menaje que se usa. Los camareros son atentos y agradables. Esta vez comimos, los saquitos de gamba crujientes, me fliparon, las flores de alcachofas también muy ricas y la tabla de humos de entrantes. De los platos que pedimos a compartir todo estaba muy bueno y en su punto: pizza mala pécora, entrecot y risotto de lo que destaco la pizza porque me encantan las pizzas y está está muy muy rica, pero todo está muy rico y sabroso. De postré probamos las natillas caseras que también fue un acierto. Si vuelvo repetiré las gambas crujientes y la pizza y probaré otras cositas que me parecieron interesantes en carta. Algo que vi es que está permitido entrar con perros y es un puntazo a destacar
Un restaurante diferente, una experiencia interesante para el paladar. Lo mejor de la comida, sin duda la pasta, junto con el carpaccio.
La atención del personal muy buena, si bien es cierto faltaba algún camarero, ya que iban un poco a contra marcha y la espera para pedir bebida o recibir la cuenta fue excesivo.
Ojo!! COBRAN 1,20€ POR EL SERVICIO.
Mientras esperas la comida te ponen unas aceitunas y un poco de pan.
Nos faltó probar un postre de la apetecible carta que ofrecen.
¡Repetiremos!
Excelente servicio, con mucha rapidez y los camareros son, además de amables muy atentos. El ambiente es perfecto, sobre todo la música y la decoración, hasta los detalles más pequeños como los cubiertos y los vasos son originales. En cuanto a la comida, cada cosa que hemos pedido nos ha encantado, recomiendo 100% pedir los crujientes de carrillada, la burger pécora y los pancioti de queso de cabra.
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