Auténtico restaurante del Levante español. Mesa de madera, mantel de papel, servicio bueno y rápido, pan con ajo y arroces para chuparse los dedos y meter el tenedor en la paellera. Qué más se puede pedir. La prueba del algodón es la cantidad de gente que llena el local a diario. Un referente de visita obligada.
Recomendado por gente del pueblo, sitio donde comer a muy buen precio. Platos variados (buena cantidad de raciones) y te ponen pan con un alioli muy bueno.
El servicio es rapidísimo (parecía que tenían todos los platos ya hechos y solo era cogerlos de la cocina, increíble).
La verdad que si vuelvo a altea ya sé dónde parar a comer.
Arroz a banda muy bueno. La sepia plancha también estaba riquísima. La tarta de queso nunca la habíamos probado como la sirven allí y nos sorprendió y gustó mucho. El trato del personal excelente. Se preocupan en que estés a gusto. Está ubicado al lado de la playa y puedes ver el mar desde la mesa.
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