Primera experiencia en el Molino Blanco tras una excursión desde Málaga a los "Dolmen" de Antequera y una vuelta por el Torcal. Describir el aspecto del interior del restaurante no es fácil, mejor entenderlo a través de las fotos, un museo de utensilios de otros tiempo que estimulan la memoria de gente de una cierta edad como la mía. Sorprendente.
El servicio muy atento, salón enorme con muchas mesas donde se ubica un deslumbrante fuego a tierra circular de gran dimensión, sin duda espectacular. Cuidado allí con la cabeza...
La comida muy rica, no muy generosa, la ensalada no llevaba ni aceite ni nada, la comimos estilo erbivoros. Pero fue solo un pequeño percance. La verdad una experiencia positiva e invito a visitarlo.
Un sitio auténtico y único con una decoración igual de única. Todo lo que nos trajeron estaba delicioso. Precios muy, muy buenos para lo que se ofrece. Salimos todos a reventar de comer por una media de 30 euros por cabeza.
Buenísimo todo. Probad el codillo. Genial relación calidad precio. Había una gran mesa bastante ruidosa que ha sido la única pega. Es una maravilla pasar un rato comiendo tan rico en un pedazo de museo ciertamente. Gracias 👍
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