Los platos son abundantes y ricos, la atención es rápida y muy atenta.
Aunque parezca mentira, estando sólo a 30 kms., no conocía Arroyomolinos.
El 2 de Mayo de 2022 me propuse enmendar tamaña falta.
Hay que ver la foto del pueblo, fechada en 1968, que se exhibe en Casa Antonio para comprender el boom inmobiliario de Madrid en los últimos 40 años y asombrarse del desarrollo brutal pero inteligente de Arroyomolinos que le ha llevado a ser el magnífico pueblo que hoy es. No es extraño, pues, que un estupendo restaurante como es Casa Antonio esté hoy en día pujante y haya sobrevivido con Sobresaliente desde los años de la referida foto.
Muy bien atendidos por Iván, comimos muy satisfactoriamente. Yo acepte la recomendación del Bacalao Antonio, de lo que me alegré. De entrada, unos huevos con jamón riquísimos nos alegraron el día. Una ración fue suficiente para dos. Don Antonio, el fundador, se pasea entre las mesas comprobando que todo vaya de primera. Y a fe que lo consigue.
30 kms. son nada hoy día y vistos los platos que se sirvieron después en el repleto salón (chuletitas, paletilla, bacalao al horno, boquerones, pulpo...) prometo que regresaremos a Arroyomolinos: para volver a contemplar el bien conservado Torreón, saludar a Don Gonzalo Chacón y, sobre todo, ¡disfrutar en Casa Antonio!
Llegamos sin reserva 11 un domingo de septiembre con 30 grados.
Nos atendieron súper amables. La comida está bueno.
La terraza en la plaza está genial para ir con niños y que corran y jueguen alrededor.
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