Fuimos dos veces, la primera vez, martes, muy bien, la segunda vez ese mismo sábado, embarro un poco la experiencia. Se pueden comer raciones típicas como entrantes, tipo puntillitas, gambas, cazón...y luego está lo que a mí punto de vista le da un salto de calidad bueno, que son sus espetos. El primer día comimos dos espetos de sardinas (12€/6 ud) y una dorada espetada, la cual estaba increíble (54€) Hay que reconocer que el espetero tiene mano. El segundo día hubo varios entrantes, un espeto de calamar gigante y una lubina espetada. Una pena que nos tocara esperar más de una hora desde el último plato que fue el calamar, a la Lubina, mientras veíamos como mesas que habían venido más tarde recibían sus platos que también eran espetos, porque estoy seguro que cuando nos quejamos, nos dieron la de otra mesa porque se les había olvidado mandar la nuestra, ya que le preguntamos al camarero y esa impresión nos dió. Un punto que no me gusta nada, es que los pescados se venden por precio según Mercado, y lo que yo entiendo es que las piezas más grandes pesan más y cuestan más dinero, pues este aspecto no se refleja en el ticket como en otros restaurantes en los que he estado, en los que te pone el precio de mercado, lo que pesa tu pieza, y lo que resulta de precio final, porque no puede ser que un calamar de 1kg cueste lo mismo que el que pesa kilo y medio, porque en ese caso, ponme el más grande por favor