Todo estaba delicioso (y la crema de cacahuete tenía un toque diferente al habitual). Las raciones, como comentó el camarero, eran "de las que te pone tu abuela".
Muy buen trato. El local era, además, muy bonito.
Sitio vegana súper mono y rico en Barcelona. Fuimos a probar la lasaña porque dicen que es parada obligatoria en este restaurante y no nos decepcionó. La lasaña estaba alucinante, para nada parece vegana. El queso estaba buenísimo y ragú alucinante de rico. Tengo ganas de volver a Barcelona y volver a este sitio. Además, al salir nos regalaron dos stickers muy monos.
Ojalá poder poner 6 estrellas, porque el sitio lo merece. Las mini quiches estaban espectaculares, de lo mejor que he probado. La lasaña y la fideuá también estabas excepcionales. No pudimos probar ningún postre porque los les quedaban. Todos los camareros fueron muy amables. Los baños son inclusivos. No trabajan con reservas, pero cuando fuimos aún había alguna mesa libre. De seguro que volveremos.
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