Le daría cinco estrellas, pero aún estar muy cerca creo que esperaba algo más. La carta para mi gusto quizás un poco corta, aunque tengo que decir que todos los platos que escogimos estaban muy bien ejecutados. Los calamares a la brasa quizás el más flojo en cuanto a sabor del producto principal. Y las albóndigas creo que podrían estar más jugosas. Pero repito que me gustó el lugar, el personal muy amable y una carta de vinos muy extensa con recomendaciones muy acertadas. Recomendaría probarlo sin duda.
Un buen descubrimiento, un local agradable, buen servicio y sabores para el paladar. 5 platos recomiendan para 2.
Cogimos 6 + botella de vino y agua 116€
Mejor plato : el de gnocchis al limón con setas japonesas
Pega: el plato de la oreja, estaba jugosa pero un lado quemado. El sabor no era el esperado
Lo recomiendo
Restaurante con un menú que cambia segun los productos frescos del día y todo cocinado al carbón. Es de platos pequeños para compartir y acompañar por su carta de vinos naturales.
Me encanto la escalivada de pimiento rojo, flores de calabacín con ricotta, tartare de gamba, tosta de mejillón y suquet, oreja de cerdo, Paris-brest de avellana y sorbete de ruibarbo.
Tiene una terracita en la calle y la zona interior con mesas altas y bajas, y zona de barra.
Pagamos unos 57€/pers con vermut natural para empezar y una botella de vino.
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