Benjamin Cosculluela Giral
+5
Restaurante aparentemente clásico, pero por ciertos detalles de la decoración ya intuyes que algo te va a sorprender. Dispone de una zona separada para tomar un cóctel y, según el día, incluso oír música en directo (un plus). Restaurante acogedor, con un personal de sala profesional y muy amable. Carta no excesivamente larga, pero suficientemente variada para que tengas dudas qué plato elegirás (porque querrías probar varios). Propuesta gastronómica creativa. Sin duda volveré
El local és espectacular. Se trata de una entreplanta con una terraza preciosa en el interior de manzana. Un jardín con toques ingleses que no deja indiferente. Los salones interiores también están decorados con gusto, se nota la mano de un buen interiorista y creador de ambientes. Los baños son singulares, estilo retro. Pero no son coherentes con la grandilocuencia de las salas o del imponente mueble bar.
Dejo pendiente la comida para otro día, ya que acudí a tomar una copa.
El tamaño de los coctails, signature y clásicos, es pequeño, hay que tenerlo en cuenta porque la relación calidad precio sin este detalle sería excelente. Pero repito, la cantidad par mí pesa a l contra. Por otro lado destacar al camarero/barman que nos sirvió. Se nota su maestría, su buen hacer y su control de la materia. Así, sí!
Restaurante muy acogedor, servicio excelente, sobre todo el jefe de sala. La comida exquisita y el espacio excepcional, la verdad nadie diría que una escalera de l'Eixample, se esconde este palacete de los sentidos. Repetiré seguro.
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