Hicimos un gran descubrimiento con este restaurante. Fuimos a cenar un sábado por la noche y la verdad nos gustó mucho. Tienen una carta bastante amplia con platos con un toque especial y con mucha calidad. Ambiente agradable y buen servicio. La verdad es que no se puede pedir más. Muy recomendable volveremos!!!
Buen sitio sin duda para comer como dios manda, la decoración es bonita y los camareros muy atentos, la comida muy buena, bien presentada y servido todo a su debido tiempo. Calidad precio increíble, botella de vino blanco, 6 croquetas variadas (no se puede ir uno sin probar las de cocido, que locura), principales: paletilla con salsa de miel y romero y brownie de costilla, de locos, y para rematar tarta carrot, todo por 55 ridiculos euros para la calidad y el buen comer.
Reservamos para cenar en fin de semana.
El restaurante está ubicado en una casa señorial, muy bonita, con buenos espacios y techos altos. Nos ubicaron en la terraza, que está acondicionada para verano e invierno. Se estaba agradable sin saturación de mesas, aunque a nuestro gusto con mucha luz, quizá con luz ambiente y luces por mesa estaría mucho mejor. Con unas mesas altas para tomar algo antes y después de la cena se aprovecharía mejor el tremendo espacio que tienen.
Para cenar pedimos el menú, para probar un poco de todo, canelones, crepes de pato, y croquetas, sin nada especial que decir, lo mejor las croquetas.
De segundo merluza y cordero. El cordero me gustó mucho y la presentación muy original.
De postre tiramisu (con demasiado mascarpone) y el brownie ( bueno por lo intenso del chocolate).
Sobre el personal muy atento, respetando los tiempos entre platos, algo que se agradece mucho, y pendientes. Muy bien por ellos.
En definitiva, un buen sitio para variar de los habituales, con buenos precios y un ambiente agradable.
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