El restaurante es muy característico. Decoración clásica.
Tiene varios comedores.
La comida estaba muy rica. Los fritos en su punto y la paella estaba buena pero creo que la próxima vez escogeremos otro estilo. No tenia demasiado sabor.
La carta de postres es extensa ¡y son enormes! Me gustó mucho la torrija, bien empapada y con un caramelo al punto.
El camarero que nos atendió era distante y tuvimos que pedirle varias veces la misma cosa porque se le olvidaba. A su favor dire que la sala estaba llena.
Baños limpios y agradables.
La cuenta para 3 con 1 paella, fritos, dos postres y 2 botellas de agua fueron 110€.
Lo veo correcto.
La paella espectacular. Había mucha variedad y nos hemos decidido por una de marisco. Todas pueden ser caldosas y esa ha sido nuestra elección. Los posters nos han sorprendido por tamaño y presentación. El servicio muy correcto y atento. Había poca gente, cosa que me ha sorprendido porque suele costar reservar. Muy recomendable.
En todas las ocasiones en las que he ido y a cualquiera de los dos, ( ahora solo uno ) he salido encantado, por la cocina, trato y el buen ambiente. Recomendable cien por cien.
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