Cristina Pérez Soriano
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Paramos a cenar cuando íbamos de Madrid a Valencia y fue un acierto, comimos muy bien, nos trataron genial y solo nos desviamos unos minutos de la autovía. Plato de entrecot, otro de pechuga al limón, otro de huevos con patatas y otro de fingers de pollo. Raciones muy generosas. Mucho mejor y económico que en cualquier área de servicio. Lo tendré en cuenta para parar cuando sea necesario.
Nueva gerencia. Reabierto tras dos años cerrado. Trato amable, familiar y, siempre pendientes por si falta algo pero, sin atosigar. Servicio moderno, comandas instantáneas con Tablets o APP. Las patatas bravas, una auténtica Delicatessen.
La comida está deliciosa. Hemos cogido bocadillo para cada uno y hemos quedado bien llenos. El servicio está muy educado y positivo, ambiente muy familiar.
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