Nos ha gustado mucho. Hemos comido pulpo a la gallega, corvina a la plancha, cachopo y tarta O potes (de licor de orujo) . Todo riquísimo y camareros muy amables. Volveremos
En general me gustó toda la comida. El personal muy atento y simpático. Solo le tengo que poner pero en el pulpo. Y es que si quiero comer pulpo a feira quiero comer pulpo no patata
Es un restaurante pequeño, con unas cuantas mesas en el interior y otras tantas en la terraza, decorado con fotos de Galicia, pero vamos a lo importante, apenas puedo poner fotos de los platos porque literalmente volaron, desaparecieron, nos los engullimos... qué cosa tan rica!!!! El bacalao confitado se deshacía en la boca, justo en su punto jugoso nada seco pero no crudo, y si un plato quiero destacar, como ya le dijimos al camarero y al cocinero es el CRUJIENTE DE SARDINAS RELLENAS, una delicatessen, son sardinas fritas rellenas de cebolla caramelizada con un rebozado crujiente que ya de por sí son una gloria, pero es que además vienen acompañadas de una salsa de queso fundido!!!! Ñam ñam.
Hay bastante sitio para aparcar por la zona, y no es zona azul. 🙂
El camarero muy atento. Nos invitó a chupitos ya que no tomamos postre. Por cierto, chupitos chupitos, no aguados como los que sirven en muchos sitios.
Tomamos las Sardinas al centro, uno de los comensales un cachopo y los otros dos compartimos la ensalada de la casa y el bacalao confitado. De beber 5 cervezas y una coca cola, 73 euros.
Veo ahora que en el ticket aparece 4 de pan y éramos tres, un error comprensible ya que la reserva se hizo para 4 aunque luego una persona no vino.
Genial todo.
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