Restaurante pequeño en el paseo marítimo de Fornells. No sólo es de excelente la atención del camarero, sino también la calidad de la comida. Tienen un menú de un entrante, con caldereta de bogavante y sepia y postre por algo menos de 40€ que es espectacular. Para añadir algo más, la música de fondo del todo acertada para disfrutar de la comida. Muy recomendable.

Restaurante de pequeño tamaño pero de un encanto indudable. Tiene una pequeña terraza cubierta que permite disfrutar de una parte del paseo marítimo. Me llamó mucho la atención el cierre menorquín existente en la puerta del baño (no lo conocía). La atención por parte del camarero fue maravillosa, estando pendiente de los comensales que estábamos allí, siendo muy profesional, agradable y cercano. Personalmente, me recomendó la caldereta de langosta con arroz en lugar de con pan: fue un acierto, pues estaba espectacular. Ojo!!! Mejor reservar: el plato no es habitual poder disfrutarla sin antes encargarla (tuve mucha suerte porque no lo sabía y me tocó buena ración) y porque tiene pocas mesas. Sin duda alguna, me parece un plato espléndido con un producto maravilloso que debe ser probado al menos una vez (no es barato [75€]), pero lo merece. Además, comí de aperitivo dos croquetas que estaban deliciosas: una de marisco y la otra, creo recordar, que de pescado. No comí más, pues la caldereta llena mucho. Solamente una porción de tarta de almendra (otro producto típico de la isla) con helado de vainilla: estaba deliciosa, suave, tierna y de un gusto estupendo. Acompañé la comida con un vino blanco de Menorca que estaba muy refrescante. Recomiendo este restaurante tanto por la amable atención del camarero así como su extraordinaria caldereta de langosta. Merece la pena acercarse hasta allí y, estoy convencido de que otros platos estarán casi igual de buenos (tanto, me parece casi imposible).