Mi lugar favorito para cenar en Frigiliana. Tiene una terraza muy bonita llena de plantas y farolillos. La carta mediterránea tiene pocos platos pero suficientes ya que todo está buenísimo. La atención es excelente!
Restaurante super acogedor, escondido en una callejuela de frigiliana, rodeado de pequeña vegetación que le da un encanto especial.
Servicio amable y atento en todo momento.
Comida Mediterránea con toques de oriente, todo lo que comimos nos maravillo, desde las albóndigas morunas hasta el baklavas con helado, deseando volver para repetir.
Cómo decirlo: una experiencia para recordar siempre. He llorado de felicidad comiendo ese pan, disfrutando el falafel, las alitas… No he podido por menos que entrar a agradecer a la cocinera -una chica joven- el momento que nos ha proporcionado. No me olvido de la persona que nos ha atendido: un encanto de mujer. Madre mía, qué sitio, qué descubrimiento!
De verdad, no os lo perdáis.
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