No conocia el local y me ha sorprendido gratamente, al entrar parece un local pequeño pero dispone de una planta baja con un comedor amplio. El servicio fue muy bien, el personal muy atento y en todo momento dispuesto a echar una mano a la hora de decidirse por cantidades a pedir y explicar algún plato. Una vez empezaron a salir los platos prácticamente no hubo espera entre uno y otro, según recogian uno casi traían otro, los platos probados la verdad que muy bien, todos con muy buena elaboración y presentación, si tengo que destacar alguno sería la sardina marinada, realmente buenas, y también el pato glaseado al estilo Pekin buenísimo, pero como digo todo lo probado estaba muy rico.
Nos habían recomendado este restaurante hace algún tiempo y casualmente me entró por correo una oferta de Grupon con un descuento muy interesante, cogimos un menú degustación para dos, de 7 platos y botella de vino, hemos ido hoy, día de San José.
La reserva era únicamente a las 13:30, un poco pronto, pero sin problema.
Ha sido una comida deliciosa, el entrante y todos los platos a cual más rico, el único pero, para mí, ha sido el postre (que podía cambialo el cocinero, como cualquier otro plato según su parecer), yo esperaba por un crumbre de queso, jengibre y limón y nos pusieron una pantera rosa, demasiado dulce para mi gusto, era como un bombón de nata recubierto de chocolate blanco con fresa, a mí marido le encantó.
El servicio por parte del personal muy ágil y atento, preguntándonos que tal, sin agobiar; salió el cocinero a saludar cuando éramos pocas mesas, muy amable.
Una experiencia para repetir a la carta y para recomendar. Buen producto y muy buena elaboración de ahí mis 5*.
Como siempre la comida espectacular y el trato tanto de camareros como cocineros de 10. Es una apuesta segura. Hemos repetido y hemos podido probar cosas distintas porque cada tiempo varían la carta. Para nosotros lo mejor la mollejas, tanto que repetimos el plato.
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