Carta extensa con mucha variedad de ensaladas, quesos, patés, salaíllas y preparaciones algo especiales. Dispone de barra, repisa con taburetes frente a la barra, un par de mesas en alto en el exterior y, también en el exterior, tres o cuatro mesitas que se pueden reservar. La atención profesional y eficiente, la cerveza muy bien tirada y gran cantidad de vinos donde elegir. Ponen tapa con todas las consumiciones, aunque hayas pedido alguna ración, al menos dentro. Nos ofrecieron un pulpo estilo "a la gallega", pero con setas, que estaba muy bueno. Nos sorprendió que la cuenta nos la hicieron de cabeza, sin tique ni nada, menos mal que sumo con rapidez, al menos con la misma que el camarero, así que sin problemas (no fue una comida en regla, un simple tapeo). Lugar recomendable al que nos gustaría volver pero con reserva, para probar tranquilos algunos platos más.
Manzanilla en flor muy fresquita y tapas ricas, el servicio muy atento y agradable, en un entorno de tolerancia y agrado, gente muy educada y una gran variedad de vinos en un templo de Don Marcel Proust, para ir y quedarse hasta recuperar el tiempo perdido. Los puerros navarros un poquito duritos, mejorables. Volveremos.
Es una tabernita que para mí tiene un encanto especial.
Es uno de mis lugares favoritos por su ambiente, decoración, atención y tapas.
Tiene un mérito extra, ya que en el sitio no tienen cocina y todo lo que hacen es espectacular. La cerveza la tiran como nadie y su atención es extraordinaria.
Hay que ir pronto, ya que su aforo es para 27 personas y se llena de momento, lo cual es una buena señal y dice mucho del sitio. Da igual el día de la semana que sea, se llena hasta la bola.
A mi me encantan sus ensaladas y sus tablas. Además, tienen opciones para celíacos. La cerveza sin gluten que te dan es la más rica que he probado en mucho tiempo.
Repito, es de mis sitios favoritos en Granada y siempre que tengo que recomendar un sitio a alguien de fuera le recomiendo este sitio.
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