Un clásico de las tapas en esta zona.
Perfecto para estudiantes y no estudiantes.
El pollo al limón, su clásico, está muy rico.
Muy bien ambiente y servicio.
Buen bar para tapear y para comer, probamos la carne en salsa y la ensaladilla y nos pedimos para compartir un cachopo y todo estaba muy rico, buen tamaño y bien de precio. Llegamos y no tuvimos que esperar para coger mesa y nos atendieron muy rápido y con mucha amabilidad. Repetiremos y probaremos el pollo al limón que tenía muy buena pinta.
Bien, bien, parece que he encontrado el tesoro escondido en el barrio. La tapa de pollo al limón en el Bar Bubión es simplemente digna de un premio Nobel gastronómico. No puedo evitar elogiar el equilibrio perfecto entre el ácido del limón y la jugosidad del pollo; es como una sinfonía de sabores en mi boca. ¡Bravo, bravo!
Y hablemos del personal, ¿eh? Son más amables que un abrazo en un día frío de invierno. Siempre dispuestos a atender con una sonrisa, te hacen sentir como en casa desde el primer momento. Es como si entraras en una burbuja de felicidad cada vez que cruzas la puerta.
Ahora, pasemos a los aspectos menos gloriosos. Las sillas y mesas... bueno, digamos que no son precisamente el pináculo del confort. Sentarse en una de esas sillas es como hacer malabares en un equilibrio de circo. Te mantienen alerta, eso seguro.
En resumen, si estás buscando una experiencia culinaria celestial y un servicio amable como ninguna otra cosa, el Bar Bubión es tu lugar. Solo asegúrate de hacer algunos ejercicios de estiramiento antes de sentarte, ¡por si acaso!
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