Restaurate asiático con gran variedad de platos en la carta de distinta procedencia. No es un menú chino, tampoco japonés. Abarca un amplio abanico de platos de distintos países asiáticos. Con un precio muy bueno y una calidad excelente. La atención es a destacar por su atención y amabilidad. El único "pero" es su ubicación, dentro de un polígono industrial.
Espectacular. Hemos estado en dos ocasiones, la primera vez pedimos el menú individual y la segunda el menú para cuatro personas a 18€ por persona (incluso siendo sábado disponen del menú).
Todo delicioso, no se le puede poner ninguna pega a la comida.
Los makis fritos fueron el plato estrella, aunque disfrutamos enormemente con todos.
Este restaurante ha sido un descubrimiento. La comida estaba buenísima (yo recomiendo el arroz coreano [está un poco picante]), pero lo que más nos sorprendió fue la amabilidad del servicio. Como era un día con muchos clientes, tardaron un poco más en servirnos la comida, pero estuvieron pendientes y para no dejarnos sin nada nos trajeron pan de gamba y nos invitaron también a los rollitos con salsa sweet chilli que aparecen en la foto. Mis padres pidieron postre pero yo no estaba muy animada así que decidí no tomar nada, y la camarera que tal vez lo notó vino con otro postre para mí al que también me invitó, lo que agradecí eternamente y me alegró el resto del día. Por último también nos dieron unos chupitos jajajaja. Fueron en todo momento muy atentos a pesar de estar el local llenísimo. 100% recomendado, la comida de alta calidad y cocinada con cariño y cuidado.
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