Un domingo de octubre, mis sobrinos me regalaron una experiencia preciosa. Un brunch en este restaurante/bar en plena playa de Luanco. El día, a pesar de ser octubre, era totalmente veraniego, las vistas -en plena playa- eran espectaculares y todo estaba buenísimo, tanto que olvidé seguir haciendo fotos a los siguientes platos que nos trajeron. Además de lo que veis en las fotos, tomamos huevos (que nos preguntaron cómo los queriamos) y al final nos trajeron una bandeja de 3 pisos con croissants y dulces diversos. Creo que hubo algo más que nos trajeron de comer, antes de los postres, pero ya han pasado un par de semanas y no recuerdo ahora. No fui capaz de comer el resto del día, de tanto que comi por lo bueno que estaba todo. El personal super amable. En resumen: la comida fantástica, el lugar, las vistas y el día maravillosos, y el personal super atento y amable...y qué os voy a decir de la compañía...inmejorable. Un regalo 10.
El entorno y las vistas son preciosos. Probamos unas lentejas con pulpo bastante sabrosas y unas costillas asadas a baja temperatura muy tiernas y jugosas.
Todo lo que comimos estaba muy bueno. Los camareros muy amables y atentos.
El entorno muy bonito.
En fin solo puedo decir que es muy recomendable.
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