Fina Fernández Trastoy
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Local antiguo con encanto, amplio y limpio. Bollería y pasteles muy ricos y mucha variedad. En mi caso falló un poco el servicio, no pusieron azúcar con el café, pedí palmera de chocolate y me la sirven normal, el café lo pedí manchado y me lo trajeron muy cargado. Y en cuanto al precio es un poco caro.
Uno de los negocios mas antiguos de Lugo, la confitería mas conocida de la ciudad que nunca defrauda, sin duda es mi favorita, todo lo que tienen a disposición del público es delicioso. Es un placer para los sentidos desde el mismo momento que entras en el local, que conserva ese estilo de antaño. Aunque entres mil veces es imposible no admirar el fresco de D’Almonte en el techo y que decir, de sentarse al fondo y saborear un pastel observando toda la tienda...
Entrar en esta Confitería es un PLACER para los sentidos. El mobiliario, la decoración, su salón de té y la pintura en el techo (Mirada obligada) te traspolan a la época en que fue construida. Cuenta con terraza frente al lugar aunque debes pedir, pagar, y la camarera te lleva lo que has pedido a tu mesa. Es que tienen muchísimo ajetreo dentro. Escuché decir a una pareja que entró, que el lugar conserva el mismo toque y esplendor de cuando eran jóvenes ¡Qué delicia de café! ¡ Dulces con un sabor exquisito! La limpieza y pulcritud ¡ IMPECABLE! El trato es excelente y rápido incluso, nos informaron los sitios históricos que podíamos visitar. Todos los clientes salían con una sonrisa de satisfacción ¡Vale la pena! ¡Muy recomendable!
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