Fuimos a comer por recomendación de un amigo y la verdad es que no se quedó corto en todo lo que me dijo.
La primera impresión es que el local es pequeño, pero sin ser un local grande está muy bien aprovechado y decorado. Tiene unas 10 mesas por el lateral y una pequeña barra frente a ellas, desde la que se ven todas las mesas perfectamente, de ese modo las camareras pueden estar atentas a cualquier necesidad de los clientes. Al fondo hay una nevera de postres, donde puedes ver las tartas que tienen en el día y después el aseo, que es bastante amplio y estaba súper limpio (unisex, por cierto). También dispone de bastantes mesas en la terraza.
El trato de las camareras fue impecable. Nos explicaron todo lo que quisimos, nos recomendaron platos según nuestros gustos e incluso nos ofrecieron opciones para personalizar los platos. Vamos que mejor, imposible.
La comida nos llegó bastante rápido, pero era un jueves a la hora de comer (tarde, 15:30) y estaban ocupadas solo tres mesas, así que no es un dato muy relevante.
Todo estaba muy bueno, y de cantidad he de decir que los platos son bastante generosos. Nosotros éramos 2, un adulto y unas adolescente, comimos media ración de nachos y una hamburguesa cada uno y no pudimos pedir postre de lo llenos que acabamos.
Sin duda un sitio donde volveré no tardando mucho.
Hamburguesas sabrosisimas.beivon en su punto,carne a nuestro gusto.Local pequeño,pero coqueto.Trato camarera inmejorable,es de agradecer que tubo atención cuidado a nuestras alergias,atenta en todo momento a las mesas.Aunque la verdad,eramos pocos comensales en el local.
El servicio atento y muy rapido en la preparación, en entrante de Tequeños estaba buenl y en la cantidad normal habitual, las hamburguesas estaban buenas.
La lastima, no haber dejado hueco para la tarta de queso ví cuando ya habiamos terminado, tendre que volver a probarla 😁😁
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