Nos encantó, entramos de casualidad porque buscábamos algo por la zona y lo primero que nos llamó la atención fue la decoración tan bonita y cuidada y la carta en la puerta con esos platos tan apetecibles. La comida estaba riquísima (fue difícil decidir) y el servicio rápido y el camarero muy amable. Sin duda repetiremos si volvemos por la zona
He ido en un par de ocasiones; una vez a tomar unas cañas y en otra ocasión a cenar de picoteo con un grupo de amigos. He de decir que me disgusta que no haya posibilidad de pedir caña sino doble, es una costumbre que quedó arraigada después de la pandemia que nos obliga a pedir dobles cuando bebemos más lento y finalmente se nos queda "calentorra" la cerveza. Una estrategia para llevarse más dinero al bolsillo pero bueno, contra eso parece que es imposible luchar, así que cuando quiero ir de cañas elijo otros sitios. Las tapas que ponen son discretas, nada destacable pero son suficientes, la cosa cambia si va un grupo más grande, suelen ser más generosos y ahí pasan de las patatas fritas al queso. En cuanto a la comida, la presentación me ha encantado, le ponen mucho esmero a la presentación de los platos, en cuanto al sabor, probé los tequeños que conociéndolos desde mi infancia no me entusiasmaron demasiado, mucha masa para mi gusto. La fondue de queso fue mi preferida, es un plato de 10, los totopos con guacamole estaban muy bien también, al igual que las croquetas ( la ración me pareció escasa, muy pequeñas..) los rejos me gustaron aunque no fueron mis preferidos y las berenjenas me fliparon, las salsas demasiado dulces no me motivan demasiado pero venían con un dosificador así que podías servirlo a tu gusto. Y finalmente los postres, para los amantes del chocolate, el fondant y el tiramisú de oreo fenomenales. En general el sitio me gustó mucho, no para ir seguido por aquello de que me agrada más poder pedir caña pero para algún momento puntual está muy bien.
Comida para doce un sábado a mediodía con resultado redondo. Buen servicio, deliciosa comida y precios algo elevados eso sí pero correcta la relación calidad-precio.
Recomiendo el steak tartar y el tartar de atún por su excepcional sabor. Los rejos ricos pero nada del otro mundo, así como el guacamole con totopos.
El salón tiene buen tamaño y la comida llega siempre caliente.
Muy recomendable.
An error has occurred! Please try again in a few minutes