Muy buena experiencia en este restaurante que se encuentra junto al monasterio. Lo encontramos por casualidad, vimos que tenían precios razonables y ni la calidad ni el servicio fallaron.
Tomamos pulpo, tortilla de patatas muy poco hecha, así la pedimos, y ensaladilla rusa.
Todo muy bueno👏👏👏.
Salimos a menos de 12€/persona
Totalmente recomendable para visitantes por la zona.
Si volvemos por aquí, repetiremos
El camarero fue muy rápido, agradable y atento, muchas gracias por ser así.
La comida 10/10, lo único que resaltaría sería la cantidad de secreto, la veía muy poca comparada con la cantidad de patatas, pero por lo demás, todo delicioso. Nos pedimos dos de pimientos, dos de patatas barbas y tres de secreto, todo esto para 8 personas sin contar bebidas y cafés posteriores.
La calidad-precio perfecta, nos ha gustado mucho.
En cuando ambiente, muy agradable y solo pediría q los servicios estuvieran un poco más limpios, muchas gracias por su servicio.
Para finalizar, cuenta con facilidades como admisión de niños (un lugar muy familiar), una rampa para las sillas de ruedas (justo en la puerta del local) y aparcamiento gratuito en frente (es bastante accesible).
Nos tomamos unos cafés y estaban ricos. Las camareras son muy simpáticas. Es un local bastante grande y también tienen muchas mesas en la terraza. Por lo que vimos tienen una carta variada.
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