Fuimos de casualidad a comer despues de visitar Montserrat y llamamos por teléfono y nos dieron reserva y sobre todo nos admitieron entrar con mi perro. Así que en ese aspecto genial. La comida super buena y la atención de la camarera llamada Testimoni super buena. Servicios así se agradece mucho. Antes de entrar hicimos un vermut en la terraza de fuera y luego ya entramos dentro y muy bien. El precio está bien, las únicas pegas son la temperatura que pondria el aire acondicionado más bajo, porque hacia calor, que hubiese leche sin lactosa para el café con leche y que hubiese más variedad de postres, por el resto todo muy bien. Volveria a repetir si fuese para Montserrat.
Hemos ido a la bajada del monasterio y se pueden apreciar las vibras del pueblo..el lugar es muy tranquilo, justo al lado de otro bar. El menu es corto, las porciones son grandes y creo que tienen tapas clasicas que no aparecen en el menu como patatas bravas…
De todo lo que hemos probado mi favorito ha sido el pulpo a la gallega, porcion muy abundante para compartir, textura cremosa perfecta!! El bacalao tambien muy rico, tal vez podria acompañarse con alguna ensalada…la atencion es amable, pero ten paciencia…se nota que todo lo hacen al momento.
Buen sitio para tomar tapas y cervezas. Servicio algo lento
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