El sitio ideal para tomar algo tras un paseito agradable por el embalse de Navacerrada. Hemos llegado tarde, sobre las 14.30 h y la terraza estaba llenísima, osea que ya tenía buena pinta. Al quedarse una mesa libre, le hemos preguntado a la camarera y en seguida nos la ha limpiado y tomado nota. Tienen un vermut rico (que no es Martini) y cerveza de grifo y en tercio. Tienen una carta muy variada, es como una mezcla entre comida mediterránea y venezolana. Me ha sorprendido encontrar cachapas, arepas y patacones.
Y un punto muy a favor es que, todos los platos son caseros, con buenos precios y lo avisan en la carta, por la posible tardanza en hacer los platos al momento.
Hemos probado las rabas (que vienen con patatas y ensalada), las empanadillas venezolanas (vienen 3, una de pollo, otra de carne y otra de queso; esta última no sabía demasiado) y las patatas puerto (con salsa de queso azul).
Han tardado un poquito más de lo normal y la camarera ha venido a avisarnos y a disculparse. Luego se han dado mucha prisa y cuando nos hemos dado cuenta estábamos comiendo. La chica ha sido un encanto, muy amable desde el principio hasta el final. Se ocupaba de las mesas sin largas esperas, eficientemente y siempre con una sonrisa.
La terracita está muy bien y hemos tenido suerte de ir en un día de solecito y se estaba muy a gusto.
Repetiremos para probar las Arepas que tenían una pinta buenísima. Además de la oferta de 2 Arepas + 2 Tercios de Águila por 15€.
Muy muy bien, ha sido una gran experiencia, por 32€ hemos comido 2 personas, con bebida incluida. Súper recomendable.
Lugar agradable, comida rica casera y buen servicio
Miguel Ángel Morente Romero
+4
Sitio pequeñito donde hacer un alto en el camino. La comida no esta mal sin ser sobresaliente pero a un precio justo, lo que verdaderamente destaca es el trato del personal, muy amables y serviciales.
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