Hemos quedado muy satisfechos con los platos de la carta elegidos. La gran mayoría pedía los macarrones de la yaya y la verdad es que no defraudan.
Las albóndigas estaban riquísimas y plato que recomiendan con diferentes carnes y bolets, también muy rico, con una salsa que estaba para mojar el pan sin parar.
El personal muy atento!
EL ÚNICO PUNTO NEGATIVO,
- Que cobren 2 raciones de pan cuando se pide una (traen 4 torradas, cuando puede haber gente que solo quiera una torrada solamente, si se quisiera más ya se pediría..)
- Que cobren suplemento de 0,30€ por servir comida para llevar sobrante.
Buena calidad-precio, todo muy rico y comida tradicional casolana, carta o menú disponibles, con parking propio grande en frente gratis en plena montaña, el lugar grande y con mucho espacio para mesas de grupos también. Varios tipos de salones también exteriores. El dueño muy amable y l@s camarer@s también. Rápido en servir aunque aún teniendo reserva tuvimos que esperar media hora. Nos cobraron 2 raciones de pan sin pedirlo y nos pusieron sólo 2 rebanadas de pan de pagés y no enteras y una era muy muy pequeña y caro, es lo que me pareció peor de la comida, la gente esperando es mucha y se apelotona en la entrada y no hay distancia de seguridad para épocas de COVID, eso es lo único malo. Lo demás bien. Lo recomiendo
Lugar acogedor, agradable y muy recomendable para ir a comer. Tienen un menú muy bueno calidad/precio y los platos de la carta no defraudan. Los camareros muy atentos y te puedes dejar aconsejar de los platos del día. Los postres caseros y muy recomendable el pastel de queso (el mejor que he probado). No dudaremos en volver siempre que estemos por la zona.
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