Me alegra volver a escribir sobre La Greppia, un enclave de sabor y tradición en Palma de Mallorca. En mi última reseña, hace cinco meses, expresé con sinceridad algunos contratiempos que experimenté. Sin embargo, me encanta ver la capacidad de un lugar para mejorar, y vaya que La Greppia lo ha hecho. Desde el momento en que entras, el ambiente acogedor te envuelve y revela un cuidado meticuloso en la presentación del restaurante. Este lugar es una clara representación de que los detalles, por pequeños que sean, marcan una gran diferencia. La pizza de Champiñones, un deleite en sí misma, superó mis expectativas. Sabrosa, bien cocida y con los ingredientes frescos que siempre espero de este restaurante. Es evidente la especial atención que ponen en la preparación de sus platos. Lo más destacado de esta visita fue el notable mejoramiento en el tiempo de servicio. Atrás quedaron los largos 40 minutos de espera. Esta vez, la eficiencia estuvo a la par con la calidad, demostrando que el equipo de La Greppia sigue trabajado arduamente para ofrecer la mejor experiencia a sus clientes. Como siempre, el servicio fue impecable. El personal atiende con una mezcla de profesionalismo y calidez que hace que te sientas valorado como cliente. En resumen, La Greppia ha demostrado una vez más por qué es uno de los restaurantes más queridos de Palma de Mallorca. Regresar después de una experiencia menos que perfecta y encontrarse con mejoras palpables es un testimonio de su compromiso con la excelencia. Sin duda, sigo recomendando este lugar con toda confianza!

Fuimos con mi pareja a cenar y lo hemos pasado muy bonito. Ambiente tranquilo y comida muy rica. El servicio puede mejorar pero han sido bastante atentos. Por momentos nos cambiaban el camarero, un señor nos atendió excelente pero luego una chica de manera muy fría, por eso las 4 estrellas, además olvidó el entrante. Cabe destacar que el menú es extenso y para todos los gustos. ¡Repetiremos!