Hemos parado en Pamplona de vuelta a casa y por sorpresa hemos acabado comiendo aquí, y honestamente ha sido todo un acierto. La comida estaba riquísima, cuidado al detalle la presentación y el servicio en mesa ha sido muy agradable, sin prisas y dando los tiempos al comensal. Agradecer a Francis, que es quien nos ha atendido todo su servicio. Un 10.

Ya estuvimos en otro momento y eran fiestas, aún así comimos menú y muy bien, repetimos. El local está muy limpio, los baños están muy limpios Es cierto que la entrada no dice nada del local, porque la primera planta esta muy aturullada, pero hay un comedor en la segunda planta amplio en el que se está muy a gusto. En referencia a la comida el menú que tiene es variado, incluso platos fuera de carta. Lo que comimos estaba muy rico, puré de calabaza y borraja con huevo poché totalmente casero, puré con mucho sabor a estaría verdura pochada y aunque la borraja estaba algo pasada, tengo que decir que estaba muy bueno. También las pochas que es algo fácil de hacer pero no en todos los sitios se hacen bien, estas estaban buenas. En los segundos más de lo mismo el crujiente de calamares con salsa de tomate y alioli ( muy muy rico) calamares tiernos con su salsa de calamar envueltos en pasta filo, la salsa de tomate riquísima. Y los postres riquísimos, la copa de la Tasca suave todo incluso la mermelada de frambuesa que era totalmente suave, torrija esponjosa y bien cocinada caramelizada, si es cierto que se quedaba bastante regusto o a la piel de la naranja o el limón, pero un menú así y unos postres así todo tan elaborados y con el comedor a tope es de alabar. Comimos muy a gusto, se nos atendió muy bien y volveremos seguro. Recomendable, porque hoy en día ese tipo de menú con esa atención, en plena Plaza del Castillo que también tienen la terraza a tope y eso es por algo, es absolutamente recomendable. Gracias a las camareras por su trabajo y a los cocineros que estaban a tope.