Antigua, pero con una bollería excelente.
Lugar de la visita: Confitería Ramonín
Fecha de la visita: 01/08/2018
Este establecimiento ocupa un pequeño local con forma cuadrada, con unas mesas muy pequeñas de fórmica, estilo años 60 del pasado siglo y unas sillas muy pequeñas, que más bien parecen para niños que para adultos.
Decoración igual de antigua.
Pero no cabe duda que lo que realmente destaca y que entra por los ojos, es el gran surtido de bollería, de todo tipo y tamaño.
El local es ideal para desayunar o merendar.
Estuvimos desayunando tres cafés con leche, un café solo, y distintas pastas, todo por 12,30 euros, es decir, a 3,07 euros por persona.
Los cafés estaban muy buenos, pero las pastas eran excelentes.
El local tiene un delicioso encanto, con un mobiliario años 60 precioso, sobre todo las sillas. Han sido muy atentos al despacharme. Están muy buenas las riosellanas, pero las Letizias son una "delizia"; recomiendo vivamente probar estos pasteles creados en honor a nuestra reina, de origen riosellano.
LLevo comprando en esta pastelería 5 años: siempre que voy a Ribadesella, que es todos los años. Café en tazas grandes, croissants espectaculares y que se acaban pronto si no estás rápido. Servicio de toda la vida. Todo muy bueno. Un encanto especial, de otro tiempo, de un tiempo que se acaba. Muy bien.
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