Vinimos sin reserva un domingo y nos atendieron. Sus dos camareras son súper amables. Como cortesía te dan un vermut buenísimo. Comimos el menú del día, todo exquisito. A destacar el canelón XL, el meloso de ternera y los postres. Volveremos sin duda!
Sorprende. En un pueblecito tan pequeño, sin apenas competencia, un restaurante que lo quiere hacer bien, y lo consigue.
Atencion muy personalizada y cercana. Gracias Ana.
Platos bien elaborados con una presentación sencilla.
Espectacular el arroz, carnes a la brasa correctas, ojo a los postres, el sorbete de farigola está brutal.
La cuenta es un tanto elevada pero justificada.
Da gusto desplazarse hasta allí para disfrutar de la variedad y calidad de su carta. Le ponen oficio y amor a la comida y al trato, no se me ocurre un modo mejor y más resumido de explicarlo.
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