Buen restaurante en Santander! Nos encantó el sitio, un local con mucha historia. Ambiente tranquilo e informal.
Su gastronomía es fantástica, una carta muy variada con unos pescados buenísimos.
Recomendamos el pescado.
Cantidades generosas.
Un buen sitio para comer. Personal muy agradable, un sitio con encanto y con unas vistas muy bonitas. Se puede visitar la sala de bombas del Dique Gamazo. Mucha variedad de pescado. El “churrasco”, diferente a lo que esperamos pero nos sorprendió gratamente. En cuanto a los postres probamos la leche frita y la tarta de queso. Se nota que utilizan productos de calidad. Lo único que no nos termino de convencer fue las patatas bravas, la salsa nada del otro mundo.
Sitio muy acogedor con un trato muy bueno. Es agradable tanto para un cafe o un vermut con rabas al sol. Tengo pendiente ir a comer o cenar ya que me han hablado bien y tiene fama por su cocina de calidad. Los camareros son agradables y atienden con una sonrisa. Pese al gran volumen de trabajo que manejan, se organizan bien para cubrir bien todo y dar un buen servicio. Todo decorado con mucho gusto y el edificio en sí es precioso y merece la pena solo por verlo.
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