Amoa fue una experiencia que me costará olvidar. Sin duda alguna el restaurante que más nos gustó de Santiago.
El local es enorme y en vez de haber puesto mil mesas, han preferido usar menos mesas pero que los comensales estén a gusto y tranquilos. El persona atento y rápido.
La comida fue sin duda lo mejor. Vinimos por las buenas críticas y es que tienen toda la razón. Todo lo que pedimos estuvo espectacular, a destacar los chipirones y los canelones de verdura.
Volvería sin pensarlo y si estas pensando en venir, lo recomiendo encarecidamente.
Se come muy bien, platos originales y raciones abundantes. El servicio es excepcional, son muy atentos y aunque no tenía reserva ,me hicieron un hueco. El ambiente es tranquilo, aunque se llena totalmente dentro y fuera en la terraza, que no estuve pero me pareció estupenda. La decoración muy original con un toque retro con las paredes de roca y las mesas de madera. Lo único es que el comerdor está situado en el piso de abajo y para los que tenga dificultad, aunque hay buenas escaleras, lo tienen un poco más complicado. Pero en general un sitio muy recomendable.
Fantástico. La verdad es que iba con las expectativas regulares pensando que quizá había cogido fama pero que no sería gran cosa, pero para nada, GENIAL GENIAL GENIAL. Me encantó el sitio, tanto por dentro como en la terraza, que es en esta última donde comimos, y se estaba de lujo. La comida, de 10. Todo lo que comimos, absolutamente todo me encantó. No le puedo poner un pero porque estaba todo delicioso, se nota bien que hay una buena cocina.
El único pero que podría destacar es que hubo una poca espera de más entre algún plato y plato.
Dicho esto; gran trabajo. Volveremos seguro!
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