Con toda una vida de tradición en la zona, merece la pena comer aquí pues se nota que cada año le quieren dar un toque de innovación a alguno de sus platos y se agradece. Prueba el postre de cazalla que te sorprenderá.
Si buscas probar una auténtica paella valenciana, no puedes dejar de visitar este restaurante. Podrás comer una paella cocinada a fuego de leña, con su conejo su pollo y sus garrafón. Al más puro estilo valenciano. Además puedes probar unas croquetas caseras de jamón como las de tu madre y los buñuelos de bacalao. El único pero lo pongo en el tamaño de la ensalada de la casa. Demasiado pequeño para los que nos gusta deleitarnos con los productos de huerta. A la hora de los postres, me decanto por la tarta de limón. Deliciosamente rica.
He comido con mi pareja.
Me habían recomendado el sitio unos amigos diciéndome que era lo mejor de la zona que conozco bien y he ido a probar.
Me ha parecido muy bueno.
No es económico pero vale mucho la pena. Platos bien elaborados y muy bien presentados y de excelente calidad.
Bebida: agua, una caña y dos copas de vino.
Entrantes compartidos: Ensaladilla tártara ( perfecto el punto de encurtidos), carpaccio de gamba roja (excelente, emplatado sobre un fondo de gazpacho verde) y Gilda de salmonete (llena de diferentes texturas con un muy buen salmonete marinado). Algún punto excesivo de sal.
Plato principal compartido: Rodaballo. Ración más que suficiente para dos con una excelente guarnición.
De postre flan de boniato con espuma de caramelo. Bueníiiiiiisimo.
Un café con hielo.
75 €. Nosotros volveremos seguro.
El que busque bueno, bonito y barato, si tiene humor, que vaya al Fast Food y a sitios como este no hace falta que venga. Que lo deje para quien esté dispuesto a pagar por comer bien.
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