Sorprendente lugar en mitad de las callejuelas medievales de Toledo. Moderno, amplio, luminoso y con los baños impecables. Amplia carta de cócteles pero, además, una decente variedad de platos para comida informal: ensaladas, sándwiches, hamburguesa y, por supuesto, las omnipresentes carcomidas. Todo bien presentado y buena calidad-precio. Muy recomendable frente a la hostelería rancia castellana que tanto abunda por aquí.
Es un sitio muy chulo, esta al lado de la catedral.
Pedimos unas raciones que estaban muy bien, además tienen cócteles y copas muy currados.
El local está restaurado, la decoración es moderna pero mantiene las paredes de piedra e incluso un arco romano.
Estupendo lugar para disfrutar de una buenísima comida. La atención fue muy buena, la presentación de la comida también y su elaboración muy sabrosa y original.
En cuanto a vinos, tienen cierta variedad pero no excesiva.
Nos faltó probar sus cócteles, aunque viendo como los elaboraban y servían y la gran de variedad de ellos de la que disponían, seguro que estan de lujo. Será la excusa para volver...
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