Magnífica, ante todo, el trato humano, y en la misma línea la calidad de sus productos. Local grande, acogedor y bonito a la vista; con forma de L, una terraza peculiar, y el obrador al fondo. Huele igual de bien que saben sus empanadas y dulces variados….hay panes de harina integral, pero no son aburridos….con ingredientes curiosos, que le dan sabor y textura muy diferente a lo “clásico”.
Gracias por la confianza de hacer un pedido telefónico. Y más por el trato que tenéis todos.
Exquisitos croissants, rellenos o con coberturas diferentes. Es necesario probar el natural, sin artificios ni distracciones para apreciar la gran calidad del producto.
Me resultó curioso que fueran más mantecosos por fuera que por dentro, quizá es debido a su elaboración o quizá a las altas temperaturas del verano toledano.
Sin ser el mismo tipo de croissants recuerda a los de Romanos en Suances (a buen entendedor pocas palabras bastan).
" Y ahí estaba, entre callejuelas empedradas que te transportan al pasado, anunciándose con ese aroma a harina, mantequilla y azúcar... " visita imprescindible si viajas a Toledo. Se trata de un obrador encantador con servicio de cafetería en el que poder disfrutar de un buen dulce y/o salado en un pequeño y típico patio toledano. A destacar, el buen sabor a mantequilla de sus croissants y la variedad de panes y dulces artesanos. El trato del personal, impecable. Volveremos, "segurisísimo". 😍
¡Ah! No la busques, el olor a pan y bollería recién hecha te guiará hasta ella, 😉🥰
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