Genial; se trata de un restaurante curioso desde el momento en que abres la puerta al edificio.
El recibidor expone un surtido de libros a modo de decoración aunque el más curioso puede pararse a leer un rato, a nuestra derecha tenemos las escaleras que nos llevan al propio restaurante, importante tocar el timbre 🛎️
Nos atiende el dueño; muy amable y servicial.
Es recomendable reservar mesa, no hay muchas disponibles.
La decoración es inusual pero muy original.
La carta es generosa en su término medio, no hay plato que no pueda recomendar pero personalmente soy un gran fan del magret de Pato y allí lo hacen muy bien.
El ambiente es tranquilo, hace que nuestra estancia sea muy agradable.
Para repetir sin duda.
Un lugar totalmente de visita obligatoria,un trato excelente hacia al cliente,con unos platos gastronómicos exquisitos,especializado en pato,con una decoración y un local de lo más original y peculiar,nos invitaron a los postres poder disfrutar del vino rancio y moscatell casero,increíble nos hemos quedado encantados con este hallazgo,totalmente si volvemos por la zona repetiremos sin lugar a dudas!!!
Excelente lugar. Comida increíble! El dueño Albert un encanto, muy amable y servicial.
Todos los platos recomendables
Casero, cercano, auténtico. Buena cocina y buen servicio. Merece la pena todo el desplazamiento hasta este restaurante. Recomendado el pastis de ceba, els peus de porc amb sèpia. Muy buenos y con buenos precios
Gran cocina y gran servicio.
Lamento que subiré sólo fotos que pude sacar ya que el plato estrella ( tarta de cebolla ) no logré sacarla antes de que se terminara .
Un lugar muy acogedor, donde todos te atienden de maravilla. Súper recomendable para familias, parejas o grupo.
Pequeño y tranquilo pueblo a unos 4 km. de bàscara. Lunes abierto. A la carta no hay menú. 2 primeros, 2 segundos, 1 agua grande y 1 café 52€. Comimos muy bien. Canelones buenísimos, sepia con albóndigas muy buenas y pollo rustido con ciruelas, piñones y orejones también buenísimo. Hay varios comedores por lo que ofrece un ambiente tranquilo para comer y conversar.
Cocina tradicional.
Especialidad en platos cocinados con pato y platos estofados.
Buen vino, puedes ir a la bodega para escoger el que quieras, pasando por una zona abierta con una fuente.
El lugar, casa de pueblo de piedra con encanto.
La atención muy buena y atentos en todo momento.
Con los cafés te dejan botellas de licor.
Restaurante que no hay que perderse.
Ambiente familiar que Albert cuida al detalle. No os podeis perder le patio interior y la bodega.
Comida del Amporda, donde predomina el anec. No podéis dejar de pedir el pastel de ceba......impresionante.
Fuimos cinco personas y todos salimos encantados.
Volveremos seguro, como ya hemos hecho varias ocasiones.
Realmente extraordinario.
Alucinamos con los sabores de los segundos platos! Nada malo que decir sobre este lugar! Recomendable 100%!!
Eramos 6 comensales y todos pedimos platos diferentes. Todos degustamos los diferentes platos. Estaba todo muy bueno, bien presentado y cantidades idóneas. El lugar en agradable y tranquilo.El servicio atento y rápido. Seguro que volveremos.
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