Suelo ir a acompañar a una amiga a comprar postres para sus abuelos cuando voy a comer con ella y la verdad es que tienen una variedad exquisita. A simple vista te entran ganas de probar todos los dulces que tienen, como se ven en las imágenes. También tienen un gran surtido de bombones con y sin azúcar para los que no pueden tomar demasiado. Hacen encargos, por lo que si quieres un pastel de cumpleaños de alguno de los sabores que ofrecen es tu ocasión, yo sigo teniendo pendiente probar el de catanias. Cuentan además con velas para las tartas y vinos para regalar a alguien que le guste. Cuentan también con los torteles de reyes para la época de navidades. Yo personalmente he probado sus borrachos (se llama así al dulce), tartas Sara, bombones de diferentes sabores (pillo un par de cada en ciertas ocasiones) y aún me queda mucho por degustar. Puedo decir que lo que venden es de calidad y está a buen precio en mi humilde opinión. Si tenéis la ocasión de pasar por delante, entrad y llevaros algo para que podáis comprobar por vosotros mismos lo rico que está todo.

Inbcreible lugar, interior vintage encantador con modernismo en sus realizaciones pasteleras. Gran familia de pasteleros de más de 100 años, es una pasada. Un servicio que da ganas de quedarse para escuchar las anecdotas, conocimientos gastronomicos y culturales que comparte. Hay que ir y probarlo todo un poco: para mantener la linea :)!