Muy buena churrería. Porras de verdad al estilo castellano (Gruesas). Las hacen allí mismo. El local también ofrece la posibilidad de leer los periódicos y WIFI gratuita. Se puede aparcar con facilidad en la calle adyacente donde siempre hay sitio.
esteban vaquerizo lorente
+4
Local en esquina, un poco apartado pero se desayuna que da gusto, acogedor y no caro.
Me he prohibido ir a este sitio más de una vez al mes, pero sigo enganchado y para esta mezcla de chocolate y porras enormes no hay metadona de sustitución. Cuando por la mañana temprano paso cerca con el coche tengo que subir el volumen de la música y silbar fuerte para intentar no pensar en parar y degustar. Si salgo a correr por la mañana, ninguna de mis rutas de trote pasa cerca. Si tengo que ir a comprar algo al Mercadona a primera hora, acudo por el camino más largo que evita la cercanía de este lugar de perdición. Si, de perdición.. lo de las porras con café, chocolate o solas envueltas en azúcar, y si se puede, con algo de canela, son una de mis adicciones más importantes. Su origen se remonta a la infancia en el barrio de la Concepción en Madrid donde la churrería más cerca estaba a menos de 50 metros de mi portal y al que mi padre acudía cada domingo y del que volvía con una ristra de churros colgados en una rama verde y porras envueltas en papel de periódico. Esa misma churrería acercaba durante la semana churros calientes que vendía a través de la valla del colegio durante la hora del recreo... Cuántas pagas de domingo y regalos de abuelas malgastado en este vicio tan tremendo!... Durante años he mantenido esta necesidad de porras como el vampiro mantiene su necesidad de sangre, ..sin poder evitarlo ... y siempre recordando él aquellas primeras sangres como yo las primeras porras, que nunca volví a encontrar y que ayudó en mi recuperación de la adicción de este temible manjar mañanero.. Y heme aquí que un día pasé cerca de este establecimiento, respiré su olor y entre con la conciencia pérdida... Pedí tres porras, insistiendo en la posibilidad de obtener la del centro, la mejor de todas y la peor de todas!!!, y fue posible y pedí chocolate. Las porras eran como aquellas de la infancia en tamaño, tono y aromas. Partí la primera por la mitad y la introduje en el chocolate, ni mucho ni poco, abrí la boca y cerré los ojos y mordí... Y el crujiente era el recordado, la temperatura la esperada, el sabor el necesitado y la contundencia hipercalorica la no aconsejada... Y volvió la infancia de golpe a la memoria con los primeros bocados y se me olvidó la infancia con los siguientes y solo hubo placer!!!... Y después la culpa por una ingesta temible en mi intento de mantener una alimentación equilibrada. Y como el equilibrio es la vida entre el cielo y el infierno, entre el Eros y el Tanatos, entre el blanco y el negro o el yin y el yan, yo he decidido que una vez al mes mi equilibrio gastronómico se encuentra entre la ensalada más saludable y la porra más crujiente, pero eso sí , la porra solo una vez al mes!!!.... El local limpio. La atención profesional y el precio un poco alto para ser el producto que es... Aunque para mí, como buen yonky churrero, no hay precio que pueda parar mi adición mensual, que por cierto, ha sido hoy!!... Actualizado: Y desgraciadamente, ha cerrado en este mes de febrero de 2020.
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