Una masía rodeada de naturaleza. Para amantes de los sabores tradicionales. La escudella ("cocido") estaba deliciosa y las carnes al horno de leña para chuparse los dedos. El entorno es fantástico para disfrutar en familia.
De todas las calçotadas a las que he ido, ésta es sin duda la que podría calificar como más auténtica: en primer lugar por el sitio, una masía tradicional en la que sus estancias decoradas configuran el restaurante actual. Por otro lado, la comida: abundante, varios platos (embutidos, ensalada, sopa de galets,etc.) y la calidad de los calçots, francamente muy buena. Por ponerle un pero, decir que inherente a su éxito, hace que el local esté muy muy concurrido (para mi gusto demasiado). Y obviamente, el comer tan bien, no es barato (el menú de calçotada era de 50 euros por persona).
Con todo, es un lugar que merece la pena visitar.
ESPECTACULAR!! La atención al cliente es maravillosa, y Joan y su equipo unos anfitriones únicos.
Mejor ir con hambre porque las raciones son abundantes y la comida MUY rica.
Han ganado unos clientes habituales, sin duda.
Felicidades!
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