Nos sorprendió este restaurante que está en un pueblo "perdido" en mitad del campo, por la buenísima calidad de su comida, el servicio tan correcto y elegante que tiene, asi como por el ambiente tranquilo, donde puedes charlar sin problemas. Los platos son finos y bien elaborados, con sabores diferentes e ingredientes de temporada (tienen un solomillo en salsa de castañas espectacular). El atún también buenísimo, así como la tarta de queso de postre. Es un restaurante fino y elegante, ideal para celebraciones. Recomiendo reservar. Por cierto, el pueblo también precioso, imprescindible una visita al castillo y a su bonita iglesia.
Es verdad que no hemos pedido mucho por que no teníamos mucho hambre, pero sin lugar a dudas un sitio para dejarte bien el dinero en buena comida y ambiente. Quizás más para una cena romántica con un buen vino y una buena carne. Pedimos dos bebidas, croquetas, quesos y dos bocadillos de vieiras y un postre, en total 50 euros.
Buena atención, ambiente tranquilo y la comida lo mejor, sobretodo el solomillo con salsa de castañas y la pata de pulpo y los postres todos muy ricos sobretodo la natillas de chocolate blanco.
An error has occurred! Please try again in a few minutes