Comimos bien, pero estábamos a 35 grados fuera y aunque con parasoles y a la sombra pues pasamos calor, la camarera muy amable y servicial, la comida sencilla pero variada, y pues como pasa en todos los sitios a tope de gente.
Precio económico menú de 13,90€ y había otro de 20€
La noches cenábamos bocadillo y patatas, y el bocata enorme.
La verdad muy bien y en sitio inmejorable
Fue una parada corta porque solo tomamos el aperitivo. Resaltar que las patatas que nos pusieron de acompañante junto con las cervezas estaban deliciosas (incluido en el precio por cervezas). Se sitúa al lado de la catedral, la atención y el servicio son buenos y rápidos. Es una buena opción para tomar energía después de una buena caminata. Aunque no comimos, el precio del menú era bastante bueno para los tiempos que estamos, con variedad en la elección.
Un lugar muy turístico entre el ayuntamiento y la catedral y muy cerca de las Casas Colgadas en Cuenca.
Siempre está lleno, menos a la hora de la siesta en la que está medio lleno. Cerveza más fría que el beso de una suegra. Ideal para parar descansar y seguir disfrutando de esta maravillosa ciudad.
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