Bonita sorpresa encontrada por casualidad en un barrio que no suelo frecuentar. Vale la pena totalmente, una cocina muy cuidada. Solo pedimos platos para picoteo/raciones, pero me quedé con ganas de volver para probar el resto de la carta. La experiencia fue muy buena.
Sí que es verdad que el servicio fue un poco raruno, dependiendo del camarero era o muy bueno, o tirando a la desgana y tener que ir a pedir a la barra… Pero vamos a darle un voto de confianza y pensar que cualquiera puede tener un mal día, y mantenemos las 5 estrellas. La cocina sí que no defraudó.
El plato de huevos rotos con jamón estaba bueno, pero para mi gusto las papas fritas, demasiado crujientes, que se rompían con el tenedor
La comida esta muy rica, a destacar su tortilla de patata hecha con huevos traídos de Galicia (y se nota). La atención es lo mejor, el dueño es super amable :) el pulpo estaba buenísimo, con una especie de puré de patata pero muy ligero y delicioso. No probamos los huevos con trufa pero olían de muerte!
Bar/Restaurante sencillo, tanto el local como la comida.
Ambiente agradable, hemos ido dos veces en pocos dias y volveremos.
Con buena atención, rápida, amable.
La preparación de los platos denota el gusto por los productos frescos, trabajados con mimo.
Tienen terraza ubicada en la acera con unas 8 mesas, en una calle con árboles que dan buena sombra..
Las alcachofas están exquisitas, repetimos los dos días. Así como la ensaladilla rusa, suave y casera, y el extraordinario Tatín de manzana.
El delicioso Tartar de atún sorprende por la combinación de mango y aguacate.
La tortilla que vimos pasar tiene muy buena pinta, habrá que probarla, aunque no desmerecen los huevos rotos que nos comimos.
Buena relación calidad, cantidad y precio.
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